FABADA ASTURIANA


INGREDIENTES para cuatro personas (raciones abundantes como se hace aquí):

- 500 g de fabas asturianas 
auténticas
- 2 morcillas asturianas
- 2 chorizos asturianos
- Un trozo de lacón 
- Unas hebras de azafrán 
(opcional)
- Sal al gusto
- La cuarta parte de una cebolla
- Una hoja de laurel


ELABORACIÓN:

 La noche anterior se ponen en remojo en agua fría el lacón, para desalarlo, y las 
fabas. Si las fabas que compraste tú continúan tiernas, no hace falta que las pongas 
a remojo. Cuando uses fabas secas sí.
Al día siguiente, tiras el agua de remojo y pones el lacón en el fondo de una cazuela grande, colocas las fabas encima y cubres de agua por lo menos dos dedos por encima.
Calienta la cazuela a fuego fuerte y hasta que hierva, con la cazuela destapada. 
Quitas bien la espuma con una espumadera en cuanto empiece a salir y cueces unos cinco minutos.
Tuesta ligeramente las hebras de azafrán, en una sartén. Machaca el azafrán tostado en un mortero, agrega algo de líquido de las fabes para disolverlo y lo añades a la cazuela. Pones también el chorizo y la morcilla encima.
Ahora es cuando se empieza a cocer de verdad. BAJAS EL FUEGO AL MÍNIMO, tapas la cazuela, y cueces la fabada a fuego muy lento. Durante la primera media hora vigila cómo va el agua y asustas las fabas un par de veces echándole medio vaso de agua fría cortando el hervor.
Cueces la fabada entre dos y tres horas; el tiempo necesario depende de la calidad y de la antigüedad de las fabas. De vez en cuando vigila el nivel del agua, pues cuando empiecen a absorberla las fabas hay que reponer, siempre con agua fría. 
También alguna vez puedes menear la cazuela, cogiéndola bien por las asas, para que se cueza todo por igual. No se debe remover con ninguna cuchara o similar, para evitar romper las fabas.
Cuando las fabas estén tiernas apagas el fuego y deja reposar la fabada tapada, por lo menos media hora, para que se espese algo el caldo. 
Si después sigues viendo el caldo un poco claro siempre puedes coger unas pocas fabas (preferentemente las que estén rotas, si las hay), las aplastas en un mortero, y las añades al caldo para engordarlo. Prueba de sal y rectifica, aunque los embutidos, sobre todo el lacón, salan bastante.
Para servir la fabada saca el compango (es como se llama aquí a los embutidos que lleva la fabada) a una fuente y córtalo en trozos, para que los comensales se sirvan. Lleva a la mesa la cazuela con las fabas y la fuente con el compango, y que cada uno se sirva como quiera.

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